Por el desmantelamiento de la industria cultural en las artes visuales
La crisis causada por la pandemia de COVID-19 ha tenido repercusiones devastadoras para la cultura. En todo el mundo, los medios de subsistencia de los artistas y profesionales de la cultura se han visto gravemente afectados por las medidas de confinamiento y distanciamiento físico. La mayoría de los artistas son —somos— trabajadores autónomos con un estatuto legal precario que carece de ingresos regulares y no percibe remuneración alguna durante periodos de actividad prolongados. La índole precaria de este quehacer profesional nos hace especialmente vulnerables a los impactos económicos provocados por la presente crisis. Esta última ha exacerbado la volatilidad y las desigualdades que ya existían en el sector creativo y cultural desde la anterior crisis financiera a nivel global de 2008. El número de artistas y profesionales de la cultura que han perdido gran parte de sus ingresos, de forma simultanea en todas partes del mundo, es inigualable. El sector está luchando por su supervivencia. Los Estados se están concentrando en la actualidad y el medio plazo, pero está claro que hay que reflexionar sobre la crisis que sobrevendrá en todos los sectores de la cultural tras el paso de la pandemia. Crisis coyuntural pero también crisis de modelo. Gran cantidad de decisiones tomadas —planes de rescate, ayudas económicas, exenciones fiscales— se conciben en ausencia de voz de artistas y creadores, lo que nos aleja de la idea de diseñar un ecosistema que respete nuestros derechos socioeconómicos. Esto pone de relieve la persistente necesidad de mejorar los mecanismos de protección
“S’ha de ‘hackejar’ el sistema de l’art per fer-lo més democràtic”
Les polítiques culturals han estat segrestades per les grans infraestructures María Palau El Punt / Avui L’artista i activista Daniel G. Andújar (Almoradí, 1966) va dedicar bona part del confinament a reflexionar sobre la situació de l’art, que carrega una motxilla de crisis cada vegada més pesant, i alguns dels seus punyents escrits han anat circulant per les xarxes socials. Una veu impertinent per als que voldran que tot torni a ser com era (si és que es pot). Daniel G. Andújar amb el treball que presenta a la galeria Àngels Barcelona dins de l’exposició ‘Dos espais’ (dissabte serà el darrer dia per visitar-la), de la interiorista Pilar Líbano, que ha creat un espai domèstic en què art contemporani i disseny dialoguen ORIOL DURAN. Com l’ha afectat aquesta crisi? Professionalment, l’impacte ha estat fortíssim perquè bona part del meu treball es desplega a fora. El mateix divendres 13 de març, havia d’inaugurar l’exposició El tercer estat a la Virreina, que es va obrir quan vam sortir del confinament. Aquell cap de setmana, havia d’anar a Belgrad per a la presentació d’una mostra col·lectiva. I a finals de mes, hauria d’haver viatjat a Mèxic per treballar amb temps un projecte a la Fundació David Alfaro Siqueiro, que incloïa una recerca de l’estada del pintor a Barcelona als anys vint i trenta, poc coneguda. Després havia de participar en una biennal a la Xina que ara estic intentant recuperar, tot i que, un any després, s’ha capgirat la situació: les autoritats xineses veuen Europa com una zona perillosa. I en lloc de
Daniel G. Andújar, the artist as a thinker and augur of what happens
Daniel García Andújar is prescient: since the very early days of the Internet, he has been able to anticipate the effects of technological progress and new communication strategies, the ways they reshape social and power relations, and how those can become fundamentally unequal. This essay examines the ways in which Andújar has deployed subversive, appropriationist tactics and strategies, both before and following the advent of the Internet, to slyly point out the inequalities of the Internet age. Investigation by José Luis Martínez Meseguer Switchonpaper Daniel García Andújar (b. 1966 in Almoradí, Alicante, Spain) is a multimedia artist with a long career outside the official system. He did not complete artistic or academic studies; instead, he educated himself, piece by piece, step by step, forging a career with its own path, in the manner of Antonio Machado or Constantine P. Kavafis. To Andújar the most important thing is the journey, the path, the participation, the learned, the lived. He is an artist of experimental and experiential projects, rather than artworks. His projects question, through irony and the use of communication technologies, the democratic and egalitarian promises of new media. Starting from the observation that new communication technologies have transformed and continue to shape our daily experience, Andújar criticizes the will to control dissimulated behind their apparent transparency. He often reviews and updates works in progress, adding onto open-ended projects. His use of irony and humor connect and unite him with many artists I deeply admire, whose works are loaded with such sarcasm and parody, combining
Barcelona, en silencio…
El tejido institucional necesita un completo rediseño y un cambio de modelo radical que pueda responder a los retos a los que nos enfrentamos. Hay que hacer entender la necesidad de que la intervención del Estado es fundamental para asegurar la responsabilidad por el sector de la Cultura. Es necesario una redirección urgente del gasto público que en lugar de servir para desarrollar las funciones sociales que el mercado no va a atender está buscando estimular la economía de la precariedad en el nivel más bajo posible. Puede que estemos ante una oportunidad única de cambio profundo, dada lo coyuntura. Esperemos que el silencio imperante sea una pausa temporal del pensamiento reflexivo y que pronto nos sorprendan con propuestas de procesos culturales emancipadores. Insisto, sería interesante oír la voz de nuestros dirigentes políticos para ver como afrontan esta situación sin precedentes, cuales son sus propuestas de asistencia urgente y sus recetas para una pronta recuperación.
Daniel G. Andújar’s Vision for the Future of Work
Daniel G. Andújar, ‘The Third Estate’ is on view at La Virreina Centre de la Imatge, Barcelona, until 27 September 2020.
Los artistas toman el cielo… contra Trump
Más de 80 creadores utilizan las técnicas de la publicidad aérea para protestar contra la política migratoria de EE.UU. Andy Robinson | Los angelesLos Ángeles 13/07/2020 00:00Actualizado a 14/07/2020 03:42 El cielo es el lienzo más grande que un artista pueda imaginar. No solo por su tamaño, ilimitado, sino por su simbolismo: del cielo han llegado los mensajes más importantes para la Humanidad, de él han caído plagas y a él han dirigido los hombres sus más profundas súplicas. A ojos del espectador, no parece que nada que aparezca allí, junto a las nubes, pueda ser banal. Hace unos días, lo utilizaron ochenta creadores para protestar contra la política migratoria de Estados Unidos. En pleno auge del 15-M, hace ya nueve años, el valenciano Daniel G.Andújar hizo que dos avionetas sobrevolaran las playas de Barcelona con un mensaje en un cartel: “Democraticemos la democracia”. ¿Es el cielo el nuevo museo en tiempos de pandemia? En Los Ángeles, a un tiro de piedra del icónico auditorio Walt Disney de Frank Gehry y del Museo de Arte Contemporáneo de Arata Isozaki , hay un edificio futurista de diez plantas, que parece otro ejemplo de la gentrificación posmoderna. Pero las ventanas son demasiado estrechas para un hotel boutique. Es el Centro de Detención Metropolitano, una cárcel federal donde una media de 700 inmigrantes indocumentados esperan a ser deportados. Los aviones ‘escriben’ sus frases sobre las cárceles y juzgados de inmigración Al otro lado de la autopista San Bernandino, se perfila la siniestra mole gris de Twin Towers, la
Daniel G. Andújar: “La meva pràctica artística genera espais de resistència en un món cada vegada més controlat”
La Virreina repassa la trajectòria de l'artista amb l'exposició 'El tercer estat'
Idas y venidas del sentido de la mimesis, la copia y el aura
Anna Adell Le bastard Los cuadros más fetichizados de los grandes museos raramente pueden contemplarse de otro modo que sintiéndote un moscardón entre moscardones acercándose a la miel, compitiendo por alcanzar la primera línea tras los postes y cuerdas de seguridad. En el Museo del Pueblo, en cambio, se nos ahorran los postes separadores, los cristales protectores, e incluso el viaje a San Petersburgo o a Madrid; se nos evitan las colas ante el Museo del Prado y el sangrante desembolso ante el palaciego Hermitage. Así, sin preámbulos, podemos contemplar el Jardín de las Delicias, el Guernica, la Danza de Matisse, la Anunciación de Fra Angelico, Tizianos, Goyas… Daniel G Andújar reúne en una sola sala del Palau de la Virreina estos y otros lienzos ilustres, hackeados de la red y reproducidos a escala 1/1, de modo que engañan a la vista en una primera impresión casi stendhaliana. Master Pieces, Hack the Museum-El Museo del Pueblo (2017-18) es una de los proyectos incluidos en la retrospectiva del artista, agrupados bajo el rótulo El tercer Estado, aquel estamento que no tuvo ni voz ni voto hasta la Revolución Francesa, época en la que justamente se le franqueó la entrada a los museos, pues hasta entonces las obras de arte eran poco más que deleite monárquico de alcoba y codicia papal. Daniel G.Andújar. Master Pieces, Hack the museum. La Virreina El transporte hasta la Virreina de las “insignes” reproducciones formó parte del ceremonial orquestado por Andújar. Las copias recorrieron las callejuelas del Raval, siendo custodiadas por estudiantes de la Escola Massana hasta las puertas del centro de arte, dejando boquiabierto
¿Y ahora qué? (notas para una desescalada)
¿Y ahora qué? (notas para una desescalada) ¿Reiniciar? ¿volver a la “normalidad”? ¿la nueva o la antigua? ¿hacer lo mismo de siempre…? Estamos viviendo una distopía que me temo no será ni breve ni transitoria. Hay mucha incertidumbre, se habla ya de un cambio de paradigma, de una nueva era. Un inesperado virus ha provocando la mayor pandemia que recordamos y las consecuencias son devastadoras. Ha confinado a la humanidad, segado cientos de miles de vidas y está cambiado la forma en que vamos a vivir. El orden mundial, que se nos decía que era imposible de cambiar, se tambalea. Estamos ante en un gran reto generacional de dimensiones globales, también en el ámbito de la cultura. En estos días de apresurado desconfinamiento, oigo hablar de reiniciar, volver a la “normalidad” o ir a una “nueva normalidad”, o reanudar nuestras vidas donde las dejamos. La desestabilización, el aislamiento social con graves limitaciones de movimiento, la hiperconectividad de nuestras vigiladas cápsulas de confort, la suspensión del funcionamiento habitual de las condiciones de vida y de trabajo de muchos y en muchas regiones, está acelerando algunos procesos derivados de la globalización, el postcapitalismo y la digitalización puestos en marcha desde hace décadas. Incluso procesos ideológicos que estaban latentes en nuestra sociedad. Deberemos de cambiar radicalmente, creo que el cambio está ya operando en nuestras cabezas, evidenciando por un lado nuestra fragilidad y por otro la necesaria prioridad de lo público. Hemos aprendido que nuestro extraordinario avance científico y técnico no puede protegernos, en todo caso puede
The visitor’s show
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipisicing elit, sed do eiusmod tempor incididunt ut labore et dolore magna aliqua. Ut enim ad minim veniam qui nostrud exercitation ullamco laboris nisi ut aliquip ex ea commodo consequat. Duis aute irure dolor in reprehenderit in voluptate velit esse cillum dolore eun fugiat nulla pariatur. Excepteur sint occaecat cupidatat non proident, sunt in culpa qui officia deserunt mollit anim id est laborum. Sed ut perspiciatis unde a omni