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CURSO TRANSFORMACIONES. ARTE Y ESTÉTICA DESDE 1960 / 6ª edición De Greenberg a Kosuth. De la idea de abstracción al arte como idea TRANSFORMACIONES llega al CICUS en su VI edición. Este curso, que profundiza desde diferentes perspectivas en la evolución y los fundamentos que han guiado la creación contemporánea desde los años 60 hasta nuestros días, se desarrollará íntegramente en el Auditorio del CICUS, en su sede de la calle Madre de Dios, desde el 10 de octubre al 19 de diciembre y cuyo plazo de matriculación estará abierto hasta el 4 de octubre. Desde el compromiso de la Universidad de Sevilla con la Cultura Contemporánea esta VI edición supone el comienzo de una nueva época de este gran proyecto, en colaboración con la institución promotora del mismo, el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, y tiene la clara vocación de ser a partir de ahora una de las ofertas habituales de la programación que el CICUS propone a la comunidad universitaria y a su entorno.

Since the last summit in Madrid in July 2010, nothing has improved. We are still confronted with the deepest economic and financial crisis since the Second World War, and now we must add a global crisis of political representation. This year, corporate leaders will meet again with a renewed goal: to write another declaration seeking to reverse the status of the global economy.

Participants:

Paolo Cirio. London Basic Credit Network www.p2pgiftcredit.com www.paolocirio.net

Alessandro Ludovico. Bari Face To Facebook www.face-to-facebook.net www.neural.it

Daniel G. Andújar. Barcelona Technologies To The People www.tttp.org www.danielandujar.org

Olivier Schulbaum. (Platoniq) Palma de Mallorca Goteo www.goteo.org www.platoniq.net

Gustavo Romano. Madrid Time Notes www.timenoteshouse.org www.gustavoromano.org

The Summit will be developed in Sevilla between December 5th to 11st in the CAAC (Center of Contemporary Art of Andalucia)

El CAAC reúne obras de 28 artistas que analizan la crisis y plantean otras salidas MARGOT MOLINA - Sevilla - 15/04/2011 El País "Somos artistas plásticos, filósofos, sociólogos, escritores, pero, sobre todo, somos activistas políticos", explicaba ayer el artista ruso Nikolay Oleynikov para definir al grupo al que pertenece: Chto Delat? (¿Qué hacer?) que firma la obra La cronología de la Perestroika. El colectivo, formado en San Petersburgo en 2003, participa en la muestra Sin realidad no hay utopía que se inauguró ayer en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), en Sevilla, y que pretende dar respuesta a la crisis ante el colapso de los modelos actuales.

Fecha: 14 de Abril - 10 de Julio de 2011 Lugar: Centro Andaluz de Arte Contemporáneo Un proyecto comisariado por Alicia Murría, Mariano Navarro y Juan Antonio Álvarez Reyes Ignasi Aballí · Lene Berg · Fernando Bryce · William S. Burroughs · Nikolay Oleynikov & Chto Delat? · Phil Collins · Dora García · Daniel García Andújar · Federico Guzmán · Ed Hall · Jan Peter Hammer · Pello Irazu · Alfredo Jaar · Rogelio López Cuenca / Muntadas · Zeina Maasri · Carlos Motta · Ciprian Muresan · Manolo Quejido · Oliver Ressler · El Roto · Katya Sander · Superflex · Wolfgang Tillmans · Rirkrit Tiravanija · Judi Werthein · Zhou Xiaohu · Artur Żmijewski ¿Qué hay detrás del título Sin realidad no hay utopía, que da nombre a esta exposición colectiva? Detrás hay dos pensadores de distinto significado y calado: Jean Baudrillard y Andreas Huyssen. El primero ha definido la simulación como la generación "de algo real sin origen ni realidad" y, por tanto, ha diagnosticado la desaparición de lo real por lo virtual. Así, la interpretación y el sentido de esta muestra siguen la argumentación que Andreas Huyssen hizo en "Recuerdos de la utopía". Huyssen parte precisamente de Baudrillard al afirmar que al haberse perdido lo real y suplantado por su simulacro, la utopía no puede existir, ya que va íntimamente ligada a la superación o mejora de la realidad. Este es el sentido del título: sin realidad no puede haber utopía. Es decir, que en la era de los simulacros y de la virtualidad, la desaparición de lo real arrastra consigo a lo utópico.

Daniel García Andújar, que rechazó la invitación del certamen, denuncia «improvisación y falta de rigor» El Mundo 23 Sep, 2008 J. M. RONDÓN SEVILLA.— La Fundación Biacs, institución que promueve la Bienal de Arte Contemporáneo de Sevilla (Biacs), seguía inmersa en la selección de los artistas participantes en su tercera edición a pocas semanas de su inauguración, fijada para el 2 de octubre. Este hecho se suma a la repentina cancelación de la exposición que el certamen iba a celebrar en Córdoba –justificada por la caída de un patrocinio privado– y a los diversos problemas de su página web oficial, que hasta finales de julio sólo incluía referencias genéricas sobre un certamen... dedicado precisamente a las nuevas tecnologías.

El 31 de julio pasado, mientras me encontraba en El Escorial impartiendo un curso de verano, me sorprendió un e-mail de Fernando Franco, Presidente de la Fundación BIACS. Franco me escribía, por indicación de Peter Weibel, para solicitarme el préstamo de la “obra” Technologies To The People. Así, a grosso modo. A tan sólo dos meses de la inauguración (?), esta invitación a participar en la III Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Sevilla reúne un número tan grande de incompatibilidades que uno no sabe como interpretarlas; si como un despiste o como una provocación en toda regla (aunque hasta ahora siempre había pensado que la provocación formaba parte de las estrategias de los artistas y no tanto de los curators). Lo cierto es que este episodio se parece bastante a otro anterior con Consuelo Císcar, cuando intentó involucrarme en la desaparecida Bienal de Valencia tras un artículo crítico con su política cultural que había publicado en la revista Lápiz. Tras un somero análisis de los diferentes puntos de desacuerdo con los planteamientos de la III BIACS, creo que a nadie sorprenderá mi rechazo, como ya pasara en Valencia. La mayoría de los argumentos en contra son conocidos, muchos de ellos expresados públicamente y, en cualquier caso, perfectamente accesibles. Tanto si se trata de un error fruto de la improvisación y el despiste, o de una provocación en toda regla, espero que esta carta no deje lugar a dudas sobre mi posición en este tema y mi rechazo a la invitación que me han cursado.

Textos de la mesa redonda celebrada en el caS el 12 de Junio del 2006: e-sevilla. Nuevos espacios de discusión y debate ¿límites, responsabilidades? INTERVENCIÓN DOMINGO MESTRE * De las octavillas por el suelo a las pantallas del museo o ¿Por qué las mesas redondas [casi] siempre son rectangulares? Disculpadme pero empezaré contándoos un cuento, una anécdota personal de hace aproximadamente 30 años, cuando aún no existían ni la Internet, ni Centros de arte como Arteleku, ni periódicos liberales como El país. Yo era entonces un chaval, casi un crío todavía, que andaba con su madre por la calle cuando, de repente, pasó un Seat 600 a toda velocidad lanzando octavillas por la ventana. No recuerdo ya de qué hablaban aquellos panfletos, pero sí que me acuerdo muy bien de que esa era la única forma de tratar algunos temas en aquella época. Tampoco he olvidado que, aunque el Dictador ya se había muerto, la distribución de folletos impresos clandestinamente aún era una forma de expresión ilegal, tal como mi asustada madre se encargó inmediatamente de recordarme a gritos y gesticulando para dejar bien claro que nosotros no teníamos nada de subversivos. Naturalmente en aquel momento le hice caso, para no discutir con ella, y solté el comprometido papelillo que había cogido. Pero, un rato después, volví por allí y me llevé no uno sino un puñado de aquellos escritos que, además, fui repartiendo descaradamente, de mano en mano, porque necesitaba transgredir unas leyes que muchos intuíamos ya a punto de cambiar, tal como efectivamente sucedió muy poco después. Obviamente mi estrafalario gesto no cambió absolutamente nada la situación, pero creo que la suma de cientos de pequeñas rebeldías que cada día se iban acumulando -muchas de ellas, como la, mía sin objetivo demasiado claro- sí que ayudó sensiblemente a transformar el panorama que os he descrito.

Kafka’s novels introduce us to creatures defined as “helpers”. They do not, however, appear to be in any state to help. They understand nothing, they have no “tackle”, they do nothing more than play childish, silly pranks, they are annoying and even at times brazen and lascivious. In aspect, they are so similar that they can only be distinguished by their names; they look like “serpents”. They are, however, observant, alert and easygoing; they have shining eyes and in contrast to their childish behaviour, their faces are those of adults “students, almost” with long, bushy beards. Someone, we do not know who, has assigned them to their charges and they are not easy to get rid of. In conclusion, we do not know who they are. Perhaps
they have been sent by the enemy, something that would explain why they do nothing more than dog us and and spy on us. However, they seem to be angels, messengers ignorant of the content of the letters that they must deliver, but messengers whose smile, whose look, whose gait “seems to be a message”.
Giorgio Agamben.
The physical space occupied by caS at Torneo 18/San Clemente is, to all intents and purposes, insufficient for what we understand art centre to be. To begin with, there is the symbolic dimension, the fact, for example, that it is located in Seville and that it aspires to depict the different present realities that the city evokes. Therefore, the knot/node metaphor, borrowed from the language of telematics, is perhaps that which is the most apt to define the situation of an artistic space in the city. It is, as it were, a principal node yet when all is said and done, it is just one more link, a single point in the wider web of places and links that the arts centre must weave across the city. A recent academic document on the work concerning architecture and language for the Spanish Royal Academy (RAE) talked of an “openness towards the revision of the world of architecture, of the city, of town-planning and of their relationship with the immaterial elements of IT and telematics involved in the same city phenomenon”. The Seville Arts Centre (caS) also aspires to become a public space in the ambit of the media, the Internet, in the immaterial world of electromagnetic signals.

e-sevilla.org Por Pedro G. Romero En las novelas de Kafka nos salen al encuentro criaturas que se definen como “ayudantes”. Sin embargo, no parecen estar en condiciones de prestar ayuda. No entienden nada, no tienen “aparatos”, no hacen más que chiquilladas y tonterías, son molestos e, incluso, a veces, descarados y lascivos. En cuanto a su aspecto son tan parecidos entre sí que sólo se distinguen por el nombre; se parecen “como serpientes”. No obstante son observadores atentos, desenvueltos y elocuentes, sus ojos son brillantes, y en contraste con sus modos pueriles, tienen caras que parecen adultas, “de estudiantes, casi”, y barbas largas y abundantes. Alguien, no se sabe quién, se los ha asignado, y no es fácil quitárselos de encima. En definitiva, nosotros no sabemos quiénes son, quizás son enviados del enemigo, lo que explicaría por qué no hacen más que acechar y espiar. Sin embargo parecen ángeles, mensajeros que ignoran el contenido de las cartas que deben entregar, pero cuya sonrisa, cuya mirada, cuya manera de andar “semejan un mensaje.” Giorgio Agamben. El espacio físico que ocupa el caS en la dirección de Torneo 18/San Clemente es, a todas luces, insuficiente a la hora de entender el trabajo de un centro de arte. Para empezar está la dimensión simbólica, aquella que, por ejemplo, le otorga el hecho de situarse en Sevilla, de aspirar a una representación de los distintos presentes que una ciudad invoca. Así, la metáfora del nodo, tomada del lenguaje de la telemática sea quizás la que más conviene para definir la situación de un espacio para las artes en la ciudad. Si se quiere, se trata de un nodo principal, pero al fin al cabo, un enlace más, un punto en la amplia red de lugares y vinculaciones que el centro de las artes de Sevilla debe tejer en la ciudad.