La Fundación Biacs sigue buscando artistas a pocas semanas del comienzo de la Bienal

Daniel García Andújar, que rechazó la invitación del certamen, denuncia «improvisación y falta de rigor»

El Mundo 23 Sep, 2008
J. M. RONDÓN

SEVILLA.— La Fundación Biacs, institución que promueve la Bienal de Arte Contemporáneo de Sevilla (Biacs), seguía inmersa en la selección de los artistas participantes en su tercera edición a pocas semanas de su inauguración, fijada para el 2 de octubre. Este hecho se suma a la repentina cancelación de la exposición que el certamen iba a celebrar en Córdoba –justificada por la caída de un patrocinio privado– y a los diversos problemas de su página web oficial, que hasta finales de julio sólo incluía referencias genéricas sobre un certamen… dedicado precisamente a las nuevas tecnologías.

En concreto, según explica el artista Daniel García Andújar en su web (danielandujar.org), el presidente de la Fundación Biacs, Fernando Franco, le remitió el pasado 31 de julio –«a tan sólo dos meses de la inauguración», anota– un correo electrónico solicitándole, «por indicación del comisario Peter Weibel, el préstamo de la obra ‘Technologies To The People’». Andújar recalca que dicha invitación reúne «un número tan grande de incompatibilidades que uno no sabe cómo interpretarlas: si como un despiste o como una provocación en toda regla».

Al artista, que igual asesora a la Consejería de Cultura en materia de arte contemporáneo que colabora con la Plataforma de Reflexión sobre Políticas Culturales (PRPC), colectivo que mantiene una actitud crítica con la Bienal de Arte Contemporáneo, le sorprendió la precipitación de la propuesta de la Fundación Biacs. «Que te inviten a sólo dos meses de la inauguración de un evento que, por algo, es bienal únicamente indica su improvisación y la falta de rigor», dijo a este periódico Daniel García Andújar, que se encontraba ayer en Stuttgart. «No es algo propio de un evento serio», recalcó.

En la misma nota, el artista rechaza participar en la tercera edición de la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo (Biacs), a la que acusa de «modelo obsoleto» y de requerir «una financiación políticamente imposible de asumir». A su juicio, la Biacs es un ejemplo de cómo se absorbe el arte «como un mecanismo más de la producción de servicios y como parte activa del proceso de ‘turistización’ del contexto urbano (…). Uno de estos modelos obsoletos, a mi entender, queda perfectamente retratado en inciativas como la Biacs».

Además, añade que «el raquítico argumentario intelectual que Weibel [comisario del certamen] ha exhibido para esta tercera entrega de la Biacs, desde luego, no permite ser muy optimista. Incluye, como principal objetivo, la participación del público. Un público que él desconoce totalmente y con el que no se puede comunicar por más que se haya lanzado a una campaña de reciente colonización del arte español».

Finalmente, Andújar arremete duramente contra uno de los colaboradores del comisario, el coreano Wonil Rhee, en Sevilla: «Este gestor saltó a la fama en 2006 al ser acusado de plagiar en la guía oficial y en la web de la Bienal de Shangai el texto de introducción del crítico holandés Henk Slager, que había expuesto la misma tesis en un seminario en Busan en el mes de abril de 2005».

Asimismo, la Fundación Biacs comunicó oficialmente el sábado la suspensión de la exposición de la Bienal de Arte Contemporáneo en el Alcázar de los Reyes Cristianos de Córdoba, a causa de «la cancelación del patrocinio privado previsto». «Las obras de los artistas que habían sido seleccionados en origen para esta sede serán finalmente reubicadas en las otras dos sedes de la Biacs, el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, en Sevilla, y el Palacio de Carlos V, en la Alhambra», añadía la institución.

Asimismo, hasta el pasado 27 de julio, la web oficial de la Bienal de Arte Contemporáneo ofrecía únicamente una invitación muy genérica a cargo del presidente de la institución promotora, el empresario Fernando Franco, y la reproducción de las notas de prensa en la sección ‘Últimas noticias’. Esta grave deficiencia se solventó días después de la que este periódico se hiciera eco de la misma.

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