La Virreina exposicions
Jordi Canyissà
canal cultura
El palacio de la Virreina acoge una exposición a medio camino entre la instalación artística y el ensayo. Postcapital es una radiografía crítica y contundente sobre el papel de las ciudades en el mundo contemporáneo hecha a través de vídeos, maquetas y multitud de documentos procedentes de internet y que ahora se ponen a disposición del visitante. Hasta el 25 de septiembre.
La palabra postcapital tiene en esta muestra un doble sentido. Por un lado tiene que ver con la capital de un país; por el otro, con el dinero o el poder económico. Las dos acepciones se mezclan y se contraponen en esta muestra ideada por un ensayista, Iván de la Nuez, y dos artistas, Carlos Garaicoa y Daniel G. Andújar.
“La exposición acoge varios proyectos dentro de un solo proyecto”, reconoce Iván de la Nuez, que recalca el tratamiento artístico de la propuesta al decir que cualquier hecho se puede reinterpretar de una manera artística: “No hay nada que no sea estetizable”.
De la Nuez advierte que Postcapital se puede contemplar como “un ensayo visual” pero que en ningún caso tiene un punto de vista doctrinario. “No queremos adoctrinar, queremos que cada espectador acabe creando su propio mundo”, señala. “Es un proyecto con una base bastante anarquista”, reconoce Carlos Garaicoa.
Por ello, y porque cada visitante de la exposición cree su propio mundo, el planteamiento de la muestra invita repetidamente a interactuar. Daniel G. Andújar ha puesto en una de las salas unos ordenadores conectados a uno de sus servidores personales. Allí tiene alojados cerca de 220.000 documentos que el usuario puede consultar libremente.
“Queremos que cada espectador acabe creando su propio mundo”, señala Iván de la Nuez
El recorrido arranca en una sala donde varias pantallas muestran “el ruido mediático del capitalismo” -la expresión es de Andújar- a través de anuncios televisivos, noticias, series que hablan del comunismo como una amenaza y retransmisiones de partidos de fútbol. Y en el suelo, pisados por los visitantes, se han colocado los logotipos de las 1.500 empresas más importantes del planeta.
Varias salas repiten una misma puesta en escena. Una gran proyección sobre la pared acompañada por un pequeño televisor a su lado. En una de ellas se ven imágenes a gran formato de la caída del muro y de otros hechos de 1989, mientras que el pequeño televisor hace un amargo contrapunto enseñando la reciente construcción del muro de Israel.
Más muros se levantan en otra sala. En este caso una videoinstalación de cuatro minutos de Carlos Garaicoa en la que se puede ver la construcción de una pared que separa su casa de la de los vecinos. “Si no podemos convivir con nuestros vecinos sin levantar barreras, cómo podemos esperar que los estados puedan convivir entre ellos?”, se pregunta el artista ante su obra.
Velas e intelectuales
De entre el resto de instalaciones destaca una serie de velas que representan edificios de todas partes del mundo y que se van consumiendo mientras varias cámaras de seguridad filman la escena. En otro espacio se reproducen, a gusto del visitante, charlas de intelectuales como Foucault, Chomsky o Houllebecq. En una tercera sala, los videojuegos bélicos se confunden con las imágenes reales de la guerra.
Y algo más allá se proyecta el film Tres cantos sobre Lenin (1934) del ruso Dziga Vertov con el sonido de fondo de la Internacional cantada en una treintena de idiomas y versiones. También se muestra un espacio de consulta de libros sobre el pensamiento contemporáneo o un sello de Carlos Garaicoa con símbolos de la URSS hecho por el artista cuando la URSS ya no existía (y pese a todo, utilizado para enviar cartas).
El visitante se podrá llevar a casa una reproducción del manifiesto comunista de Marx y Engels (1948) escrito con caligrafía infantil. “Una metáfora de la manera infantil como se ha explicado este manifiesto”, apunta Andújar.
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