Desde los ‘collages’ de Schwitters a la burla del copyright
C. SERRA – Madrid – 17/02/2011 El País
Hay dos collages en la galería Guillermo de Osma que ponen los dientes largos. Son del dadaísta Kurt Schwitters, el máximo estandarte de una técnica que se ha convertido en todo un símbolo del siglo XX y, posiblemente, del XXI. Estos son dos pequeños collages realizados con fragmentos de papeles de variada procedencia, una composición abstracta, en la línea del cubismo, que pese a su fragilidad resultan hoy conmovedores.
En la otra punta del pabellón, en la galería Espacio Mínimo, destaca también un pequeño collage de Liliana Porter, artista argentina afincada en Nueva York. Es una pieza delicada y mínima realizada en 1989 en la que la artista ha situado sobre un fondo blanco pequeños trocitos de papel arrancado que parecen inestables y frágiles, como si se estuvieran cayendo o a punto de desaparecer. Más narrativos y coloridos son, en la galería Levy, los collages de Peter Blake, uno de los artistas pop británicos que mejor y más profusamente utilizó esta técnica en sus trabajos. Y, siguiendo por esta ruta de la tijera, en la Nogueras Blanchard encontramos otra manera de utilizar el collage. En esta ocasión con una intención política de la mano del joven artista asturiano Fran Meana, que bucea en las imágenes en blanco y negro de la transición para tratar de encontrar los elementos ocultos o las asociaciones que aporten una nueva mirada a la transición española.
Son cuatro artistas de generaciones muy distantes, pero sus obras podrían parecer incluso coetáneas. Hace ya tiempo que el collage está en todas partes, pero en esta edición de Arco parece muy presente, o, tal vez, apetece más buscarlo. Lo encontramos en la galería Soledad Lorenzo de la mano de los collages sobre papel de diario de Pello Irazu; en la galería Estrany de la Motta tanto en los reelaborados montajes de la siempre potente obra de Ignasi Aballí, que en algunas series trabaja a fondo el collage a partir de frases o palabras recortadas del diario que va colocando en listas como en los trabajos de Sergi Aguilar a partir de sus carnets de viajes. “La idea de collage está muy relacionada con la memoria, tiene que ver con una experiencia vital, te permite ser más explícito”, comenta Aguilar.
Pero si sería larga la lista de estos trabajos de cortar y pegar que van más allá de lo que podría considerarse “técnica mixta”, hay una sala en la que los artistas van más allá en esta ya histórica reutilización del material de otros. Daniel G. Andújar y Rogelio López Cuenca presentan en Palma Dotze, The Art of Seduction. Es un proyecto muy amplio iniciado en la Sala Parpalló de Valencia que aquí se plasma en forma de varios paneles en los que de forma temática abordan los tópicos sobre el arte y su entorno a través de imágenes, casi todas recuperadas de internet, que van desde el saqueo del arte por parte de los nazis a la manera en que la publicidad presenta el oficio. En un panel, por ejemplo, conviven imágenes de pintores en acción, desde el mítico Pollock hasta la Duquesa de Alba pasando por un elefante, Matisse o el mismo Franco. En otro pueden verse las imágenes elegidas por el poder, desde las pinturas clásicas de Aznar a los “miró” que suelen servir de fondo a las entrevistas de Zapatero.
“Nos interesaban dos cosas, rehuir el tema de la autoría y la autenticidad de la obra y mostrar los estereotipos sobre el arte desde sus distintas variantes, desde la ya obsoleta imagen del pintor en su taller al exceso de épica de los filmes sobre artistas”, señala Andújar. En su opinión, el collage es una técnica a revindicar como alternativa al exceso de proteccionismo del copyright. “Nosotros defendemos la utilización libre de las imágenes porque la cultura es una progresión”, afirma. “A los artistas nos ha costado más de cien años conseguir este lenguaje de libertad y ahora, con tanta reglamentación y tanto canon hay muchos artistas que se autocensuran por miedo. Tenemos que poder reinterpretar los trabajos de los otros para poder ofrecer nuevas miradas del mundo visual que nos rodea. El collage es el método para ello, pero imagina que ahora Le Figaro demandara a Juan Gris..”.
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