La Fundación Telefónica presenta una muestra sobre las nuevas formas de relación
EL PAÍS – Madrid – 11/06/1999
La ciudad, la familia, el espacio habitado y la tecnología son algunos de los aspectos que Nuria Enguita, conservadora de la Fundación Tàpies, de Barcelona, ha reunido en la exposición Afinidades dispersas, abierta ayer en la Fundación Telefónica, de Madrid (Fuencarral, 3). El montaje está formado por siete artistas internacionales que plantean las relaciones en un mundo intercomunicado.
, Nuria Enguita y Pep Benlloch, como coordinador, han montado en las salas de la Fundación Telefónica una nueva versión de la muestra Afinidades dispersas, que se presentó en 1998 en el Apex Art CP, de Nueva York. En la misma participan los españoles Daniel G. Andújar, Mira Bernebau y Eulàlia Valldosera; la francesa Catherine Beagrand, el británico Heath Bunting, el colombiano Juan Fernando Herrán y el alemán Jan-Peter E. R. Sonntag, que utilizan medios artísticos como instalaciones lumínicas, fotografía, cine e Internet. En opinión de Roberto Velázquez, director general de la Fundación Telefónica, la exposición, dentro de un contexto global y fragmentario, “trata de crear, a veces de forma absolutamente provocadora, espacios de reflexión sobre nuevas formas de relación y de comportamiento humano”. “Los artistas tratan de moverse por los intersticios de las complejas redes, buscando ámbitos de actuación para gentes con intereses divergentes y dispares”. Los términos de fragmentos y reflexión se utilizaron ayer por algunos de los artistas durante la presentación de sus trabajos. La comisaria Nuria Enguita cree que la globalización ha provocado un cambio dramático en las relaciones entre los individuos, “debido en gran medida a la invisibilidad de los sujetos que detentan los poderes y toman las decisiones, así como a la creciente complejidad de los acontecimientos que afectan a escala mundial o planetaria”.
Zonas libres
Las afinidades dispersas de los siete artistas que forman la exposición “se basan en la percepción común de que existen zonas libres, vacíos expresivos, que dejan entrever la posibilidad de otras formas de relación que busquen los valores sociales y espirituales de cualquier comunidad”. Los organizadores señalan que “todos ellos trabajan en esas zonas libres para crear un espacio de reflexión y de búsqueda de otras redes y circuitos basados en la experiencia individual y en la memoria de un lugar concreto frente a la dimensión futura, globalizada y sin territorios, que propone el nuevo orden mundial”. Catherine Beaugrand (1953) inicia el recorrido con su instalación Luna Park, donde imágenes de parques de atracciones y temáticos se corresponden con una atracción construida con elementos del sistema K”nex. En la misma línea de la sala se coloca la instalación Estantería, de Eulàlia Valldosera (1963), que reúne en una estantería para un lavabo de hospital una serie de objetos cotidianos y juego de luces y espejos como una metáfora irónica de lo corporal. Las situaciones y relaciones familiares es la visión de Mira Bernabéu (1969) a través de dos grandes fotografías, donde aparecen miembros de su propia familia, en una vestidos y en la otra en ropa interior con pintadas de rojo sobre el cuerpo. La videoinstalación de Juan Ferrando Herrán (1963) sirve para subir a otros espacios donde monta un centenar de chapas de botellas manipuladas, como una reflexión sobre el medio urbano. Sonntag (1965) coloca en la Celda amarilla 15 mariposas vivas, como un nuevo espacio de pintura, mientras que Bunting (1966) utiliza Internet para cambios de personalidad y Andújar (1966) trata los sistemas de vigilancia.
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