por David Casacuberta

El objetivo de este texto es doble. O dicho más académicamente, contiene dos tesis:

1.A la hora de definir el arte digital, la tecnología es mucho menos importante de lo que podría parecer a primera vista.

2.Además de ser un modelo estético, la creación colectiva es, sobre todo un posicionamiento ético en relación a la función de internet en el desarrollo y distribución de la cultura.

Los dos objetivos están interrelacionados, ya que el segundo punto es un buen argumento a favor del primero. Y a su vez, el primero permite comprender mejor al segundo: frente a una lectura excesivamente tecnológica de algunos críticos y analistas, la fuerte tendencia -compatible con otras, claro está- del arte y la cultura digitales por la creación colectiva no se debe a ninguna imposición tecnológica sino resultado de una interacción más compleja donde hay que incluir también a los artistas, el público y también el tejido empresarial. En este juego a cuatro bandas la tecnología juega siempre el papel menos fundamental, siendo más bien un mediador de hacia donde los otros tres vértices del cuadrado quieren ir. La creación colectiva quiere deformar ese cuadrado perfecto y hacer que el ángulo donde está el público pese mucho más, evitando tanto el «arte elitista» como la cultura como mera excusa para montar negocios.

El título Latinos da a entender que existe "un tipo de arte latino". Hasta ahora las artes plásticas y audiovisuales han catalogado un arte latino que desarrolla una conciencia social autóctona y también existe un mercado de arte latino, con unos canales de difusión y una dependencia económica específica. Pero el arte latino no tiene sentido en la red, un entorno concebido como el paraíso del no-lugar, la compartición, la dilución, el canibalismo, la contaminación y el equívoco. El objetivo de esta selección es incidir sobre el carácter globalizador del arte que tiene lugar en la red a través de la visión particular de unos creadores que comparten una misma cultura: Antonio Mendoza, Lucas Bambozzi, Zayd Ibn Dawra, Brian Mackern y Alcides Martínez Portillo, Retroyou, Gustavo Romano, Mejor Vida Corp., Santo File, Technologies to the People y Zé dos Bois

la sociedad informacional En El Temps d'Art. Valencia, julio-agosto de 2002. El poder comunicatiu de l'art contemporani s'ha multiplicat amb la incorporació de la tecnologia como a nexe entre la societat i les idees. Daniel G. Andújar treballa en aquesta línia i manté un fòrum a Internet sobre la política cultural valenciana. El paper de l’art contemporani, no gens allunyat de la determinació de ésser tècnicament perfecte, si aquesta és la pretensió del artista, ha de plantejar, a més a més, noves formes de enteniment i comunicació, inmersos com estem en una societat cada volta més plural y complexa. Si bé és cert que l’art sempre s’ha servit d’unes característiques pròpies per desenvolupar-se d’una manera quasi endogàmica, també és cert que un vessant important d'aquest ha decidit ser eina y procés, abans que objecte i finalitat. Aquesta diferència, encara que puga ser interpretada com a massa subtil, és a la fi ben radical. Escollir l’acció de comunicar amb l’art contemporani, es a dir, entendre l’art com a llenguatge de comunicació y eina de reivindicació, és també un acte arriscat, en què es tracta l’espectador no tant com simple visitant aliè a l’obra, sinó més aviat com a part integrant y determinant d’aquesta. És, doncs, la seua actitud participativa allò que determinarà d’una manera o d'una altra l’obra en si.

Hannover 2000 Ámbitos Ámbitos El primer rostro, el primer europeo La primera de las salas situaba al visitante en la Sierra de Atapuerca, en Burgos, donde se descubrió al más antiguo homínido del continente eurasiático, bautizado como Homo Antecesor. La temática de este espacio

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