Archivo Lafuente. La Idea de Arte
INAUGURACIÓN: 17/07/2014

ARCO.- CASA SIN FIN.- STAND 7A04
Daniel G. Andújar. Casa sin fin
Transcripciones desclasificadas de Bengasi (sobre el 11 de septiembre de 2012)
[Declassified Transcripts of Benghazi (on September 11th 2012)]
2014
Instalación. Impresiones sobre papel mate 192 gr./m2 en A3 plus. Dimensiones variables. Edición de 5
Installation. Prints on uncoated paper 192 g./m2 in A3 plus. Variable dimensions. Ed. 5
“Lo que fascina a todo el mundo es la corrupción de los signos, es que la realidad, en todo lugar y en todo momento, esté corrompida por los signosâ€.
Jean Baudrillard, Las estrategias fatales
La inocencia de los musulmanes (Innocence of Muslims) es una pelÃcula escrita y producida por el egipcio cristianocoptoNakoula Basseley Nakoula y difundida en 2012. De acuerdo con el director, esta pelÃcula de carácter polÃticoreligioso,producida en Estados Unidos, se llevó a término con el fin de demostrar la "hipocresÃa" del Islam. En ellase muestra una imagen caricaturesca y ridÃcula del profeta Mahoma retratado como un inepto, manteniendorelaciones sexuales, defensor de la pedofilia y la homosexualidad, e incluso se pone en entredicho que fueseportador de la palabra de Alá. Un tráiler de unos 13 minutos publicado en YouTube y doblado al árabe pudo estarentre las causas que generaron revueltas en diversas partes del mundo árabe y musulmán. Violentasmanifestaciones y protestas contra la pelÃcula estallaron el 11 de septiembre de 2012 en Egipto y Libia,extendiéndose posteriormente a otros paÃses árabes, asà como también a algunos paÃses occidentales. Uno de estosataques fue la toma de la embajada de Estados Unidos en El Cairo, Egipto. Pero sin duda los ataques más graves secentraron en Bengasi, Libia, donde los combates provocaron la muerte de varias personas, entre ellas la del embajador estadounidense en el paÃs, Christopher Stevens, asà como la de varios soldados de la fuerza deoperaciones especiales del Ejército de los Estados Unidos, un funcionario, numerosos miembros del ejército libio yun indeterminado número de asaltantes. El ataque contra el consulado de Bengasi generó una notable polémicapolÃtica en Estados Unidos, después de que legisladores republicanos culpasen al Gobierno de haber tratado deocultar, por razones electorales, la naturaleza terrorista del suceso. Los hechos tuvieron lugar un 11 de septiembre,aniversario de los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono estadounidense, lo queparecÃa corroborar la sospecha de que Al Qaeda estaba detrás. Diversas investigaciones, sin embargo, descartanque fuera Al Qaeda quien dirigió el ataque y apuntan a combatientes que se habÃan beneficiado del apoyo logÃsticode la OTAN en la rebelión contra Gadafi. También añaden que el atentado fue alimentado en gran medida por la iracontra el vÃdeo que denigraba al Islam. El atentado se produjo en plena campaña de las elecciones presidenciales denoviembre de 2012, en las que el presidente estadounidense, Barack Obama, se presentaba con un expedienteintachable en la lucha contra Al Qaeda, con un éxito tan rotundo como la localización y muerte del lÃder de laorganización terrorista, Osama Bin Laden. La oposición republicana acusó al Gobierno de tapar la verdad y obligó acomparecer ante el Congreso a la entonces Secretaria de Estado, Hillary Clinton, para que explicara lo sucedido ydiera cuenta de cómo gestionó la información su departamento. Lo cierto es que el espectáculo de la polÃtica, de latecnologÃa de los medios de comunicación producen una relevante distorsión de los hechos que queda reflejada através de una cÃnica representación de la realidad. En esta ocasión Andújar se ha servido de material recientementedesclasificado, transcripciones de interrogatorios y testimonios aportados ante la Cámara de Servicios Armados delSubcomité de Supervisión e Investigaciones de Estados Unidos. “Por más singular, irreductible, testaruda, dolorosao trágica que sea la ‘realidad’ a la cual se refiere la ‘actualidad’, ésta nos llega a través de una hechura ficcionalâ€,como decÃa Derrida. Una hechura ficcional, que en este caso arroja más preguntas que respuestas, y que no es másque un ejercicio de seducción al que nos hemos acostumbrado, formando parte de la gramática que nos ayuda aconstruir nuestras imágenes y que define la calidad de nuestra —“realidadâ€â€” democracia.