De las octavillas por el suelo a las pantallas del museo.
Textos de la mesa redonda celebrada en el caS el 12 de Junio del 2006: e-sevilla. Nuevos espacios de discusión y debate ¿límites, responsabilidades? INTERVENCIÓN DOMINGO MESTRE * De las octavillas por el suelo a las pantallas del museo o ¿Por qué las mesas redondas [casi] siempre son rectangulares? Disculpadme pero empezaré contándoos un cuento, una anécdota personal de hace aproximadamente 30 años, cuando aún no existían ni la Internet, ni Centros de arte como Arteleku, ni periódicos liberales como El país. Yo era entonces un chaval, casi un crío todavía, que andaba con su madre por la calle cuando, de repente, pasó un Seat 600 a toda velocidad lanzando octavillas por la ventana. No recuerdo ya de qué hablaban aquellos panfletos, pero sí que me acuerdo muy bien de que esa era la única forma de tratar algunos temas en aquella época. Tampoco he olvidado que, aunque el Dictador ya se había muerto, la distribución de folletos impresos clandestinamente aún era una forma de expresión ilegal, tal como mi asustada madre se encargó inmediatamente de recordarme a gritos y gesticulando para dejar bien claro que nosotros no teníamos nada de subversivos. Naturalmente en aquel momento le hice caso, para no discutir con ella, y solté el comprometido papelillo que había cogido. Pero, un rato después, volví por allí y me llevé no uno sino un puñado de aquellos escritos que, además, fui repartiendo descaradamente, de mano en mano, porque necesitaba transgredir unas leyes que muchos intuíamos ya a punto de cambiar, tal como efectivamente sucedió muy poco después. Obviamente mi estrafalario gesto no cambió absolutamente nada la situación, pero creo que la suma de cientos de pequeñas rebeldías que cada día se iban acumulando -muchas de ellas, como la, mía sin objetivo demasiado claro- sí que ayudó sensiblemente a transformar el panorama que os he descrito.
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Kafka’s novels introduce us to creatures defined as “helpers”. They do not, however, appear to be in any state to help. They understand nothing, they have no “tackle”, they do nothing more than play childish, silly pranks, they are annoying and even at times brazen and lascivious. In aspect, they are so similar that they can only be distinguished by their names; they look like “serpents”. They are, however, observant, alert and easygoing; they have shining eyes and in contrast to their childish behaviour, their faces are those of adults “students, almost” with long, bushy beards. Someone, we do not know who, has assigned them to their charges and they are not easy to get rid of. In conclusion, we do not know who they are. Perhaps they have been sent by the enemy, something that would explain why they do nothing more than dog us and and spy on us. However, they seem to be angels, messengers ignorant of the content of the letters that they must deliver, but messengers whose smile, whose look, whose gait “seems to be a message”. Giorgio Agamben.The physical space occupied by caS at Torneo 18/San Clemente is, to all intents and purposes, insufficient for what we understand art centre to be. To begin with, there is the symbolic dimension, the fact, for example, that it is located in Seville and that it aspires to depict the different present realities that the city evokes. Therefore, the knot/node metaphor, borrowed from the language of telematics, is perhaps that which is the most apt to define the situation of an artistic space in the city. It is, as it were, a principal node yet when all is said and done, it is just one more link, a single point in the wider web of places and links that the arts centre must weave across the city. A recent academic document on the work concerning architecture and language for the Spanish Royal Academy (RAE) talked of an “openness towards the revision of the world of architecture, of the city, of town-planning and of their relationship with the immaterial elements of IT and telematics involved in the same city phenomenon”. The Seville Arts Centre (caS) also aspires to become a public space in the ambit of the media, the Internet, in the immaterial world of electromagnetic signals.
caS e-sevilla.org
Por Pedro G. Romero
En las novelas de Kafka nos salen al encuentro criaturas que se definen como “ayudantes”. Sin embargo, no parecen estar en condiciones de prestar ayuda. No entienden nada, no tienen “aparatos”, no hacen más que chiquilladas y tonterías, son molestos e, incluso, a veces, descarados y lascivos. En cuanto a su aspecto son tan parecidos entre sí que sólo se distinguen por el nombre; se parecen “como serpientes”. No obstante son observadores atentos, desenvueltos y elocuentes, sus ojos son brillantes, y en contraste con sus modos pueriles, tienen caras que parecen adultas, “de estudiantes, casi”, y barbas largas y abundantes. Alguien, no se sabe quién, se los ha asignado, y no es fácil quitárselos de encima. En definitiva, nosotros no sabemos quiénes son, quizás son enviados del enemigo, lo que explicaría por qué no hacen más que acechar y espiar. Sin embargo parecen ángeles, mensajeros que ignoran el contenido de las cartas que deben entregar, pero cuya sonrisa, cuya mirada, cuya manera de andar “semejan un mensaje.”
Giorgio Agamben.
El espacio físico que ocupa el caS en la dirección de Torneo 18/San Clemente es, a todas luces, insuficiente a la hora de entender el trabajo de un centro de arte. Para empezar está la dimensión simbólica, aquella que, por ejemplo, le otorga el hecho de situarse en Sevilla, de aspirar a una representación de los distintos presentes que una ciudad invoca. Así, la metáfora del nodo, tomada del lenguaje de la telemática sea quizás la que más conviene para definir la situación de un espacio para las artes en la ciudad. Si se quiere, se trata de un nodo principal, pero al fin al cabo, un enlace más, un punto en la amplia red de lugares y vinculaciones que el centro de las artes de Sevilla debe tejer en la ciudad.
e-sevilla.org (PRPC)
La idea de poner en marcha una herramienta que hiciese posible canalizar y a la vez expandir el debate mantenido por la “Plataforma para la Reflexión sobre Políticas Culturales” (PRPC) es algo que estaba presente desde antes incluso de que adoptáramos este nombre. Y desde un primer momento vimos en los “e-”, impulsados por Technologies To The People en diferentes contextos locales, un modelo que se ajustaba en gran medida a nuestras necesidades. Con la puesta en marcha de e-sevilla-org pretendemos proporcionar un espacio permanente y abierto a un debate sobre las políticas culturales de la ciudad, gestado inicialmente a propósito de la BIACS, pero que se ha extendido hacia las prácticas artísticas y culturales en general y que busca implicar a todos los agentes relacionados con los diferentes ámbitos de la cultura.
e-sevilla.org PRPC
The idea of setting up a tool which will both channel and extend the debate fostered by the PRPC (“Plataforma para la Reflexión sobre Políticas Culturales” – Platform for Reflection on Cultural Policies) was present even before we adopted that name. Right from the start, we saw the “e-“, fomented in different local contexts by Technologies to the People, as a model that was largely adaptable to our needs. With the implementation of e-sevilla-org our aim is to provide a permanent open space for discussion of the city’s cultural policies. Initially set up to serve BIACS, this subsequently expanded to address art and culture in general in an attempt to involve all those agents connected with culture in its different disciplines.