Anticultura y ‘picassofobia’
Ángeles González-Sinde En 1971, en el 90ª aniversario de Picasso, algunos encontraban tan aberrante y amenazadora su mirada como para prenderle fuego Sábado, 08/06/2019 Cuando yo era niña, la figura de Picasso, entonces ya un anciano, me producía temor. No por la mala prensa que tenía en España donde el franquismo procuraba ignorarle y sus obras, si excepcionalmente se exponían en alguna galería, no encontraban comprador, sino por su mirada penetrante, por esa masculinidad desafiante que practicaba y que a mí, como niña y luego como joven mujer, me resultaba distante e incluso antipática. Su obra en cambio sí me gustaba. Especialmente los amorosos retratos de sus hijos y de sus mujeres me atraían y contradecían lo avasallador de aquella imagen pública. En mi casa, por supuesto, Pablo Picasso era visto con admiración y reverencia por mis padres, que, siendo